Se dice que el anuncio tiene que esperar hasta cumplir los 3 meses de embarazo, las 12 semanas… la etapa más crítica de todo el proceso… hasta “estar seguros que todo marcha bien”, pero lo cierto es que no conozco a nadie que haya cumplido con esa máxima y creo que la desobediencia en este caso tiene sentido. Cuál es el problema si algo no sale bien? Acaso si el embarazo no prospera no es la misma gente a la que le contarías la noticia la que va a estar al lado tuyo para contenerte?
En mi caso, hice el intento. Tras el primer Test mi marido quiso llamar a la familia e intenté retenerlo (sin éxito). A los cinco minutos, mi familia política ya estaba en tema por lo que no contarle a la mía me llenaba de culpa… así que llamé a mamá por teléfono quien (creyente del “hay que esperar a los 3 meses”) me pidió permiso para contarle a papá. De ahí en más, no paramos… sin análisis de sangre ni ecografía de rigor el asunto se hizo público. La necesidad de compartir la alegría le ganó a cualquier temor y nos dimos el gusto de compartir con la gente que queremos lo que fue para nosotros LA gran noticia.
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